domingo, 10 de abril de 2011

Volcán Lofia, lava en las antípodas


Al volcán Lofia, en el Pacífico sur, llegué por casualidad. Sin saberlo. Fue hace diez años, cuando estaba en las antípodas cubriendo como prensa el último Camel Trophy que se realizó. Esa edición fue en Tonga y Samoa. El paraíso. Cada semana había una jornada de descanso y durante uno de esos días de confraternización y reposo, la organización de la prueba preparó una visita al volcán Lofia.


Lofia es el nombre del volcán que ocupa la inmensa caldera de Tofua, de 569 metros de altitud. La isla se llama también Tofua, como el punto más elevado de la caldera. Se trata del cono emergente de un volcán submarino. El cráter principal está inundado por un lago de 4 kilómetros de diámetro y cuyo fondo está a sólo 20 metros de altitud (25ºC temperatura del agua). Una pequeña parte del cráter está fuera del agua y posee pequeños conos menores o cráteres secundarios en activo. Ese era el objetivo de aquella ruta a pie, subir hasta el borde de la caldera y luego descender hasta uno de los cráteres secundarios activos en los que la lava chapotea y las fumarolas de gran intensidad denotan la intensa actividad del volcán Lofia, que ya cuenta en su haber con erupciones en 1774, 1792, 1854, 1885, 1906 y 1958.
Al volcán se llega en barco y desde el pequeño atraque en la orilla es preciso remontar la ladera entre coladas de lava y un denso matorral en el que sobresale la presencia, de vez en cuando, de enormes helechos arbóreos.


Frente a la isla de Tofua, con 8 kilómetros cuadrados de diámetro y prácticamente ocupada en su totalidad por la caldera emergida, se sitúa la isla de Kao. Kao es un perfecto cono volcánico que duplica en altitud a su vecino Lofia.


Ambas islas emergen solitarias y despobladas (en Tofua hace 15 años vivían apenas 5 personas) a 155 kilómetros al norte de la capital de Tonga: Togatapu. Está dentro del grupo Ha’apai, uno de los tres grupos que conforma este archipiélago de 176 islas en la Polinesia.


Tofua tiene también un hueco reservado en la historia, descubierta por James Cook, y en la de la literatura de aventuras, pues en sus aguas tuvo lugar el motín de la Bounty.

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