domingo, 29 de junio de 2014

Un recorrido por la variedad de flora en Cataluña

Hayedo.


A gran escala, la distribución de la vegetación mundial se rige principalmente por la latitud y diferencia seis grandes reinos florales que a su vez se dividen en varias regiones florales. En la península Ibérica y Baleares existen tres grandes regiones presentes en la (Mediterránea, Eurosiberiana y Boreoalpina), a la que se añadiría la región Macaronésica en Canarias. En Cataluña se tocan las tres regiones peninsulares.

Abetal de Gerdar, en Les Valls d'Àneu.

A pequeña escala, entran en juego parámetros como el clima, la altitud, el tipo de sustrato, la orientación del sustrato (solas, umbrías), los vientos dominantes, la pluviosidad, etc. para marcar la existencia de unas u otras especies y el crecimiento de éstas en unos u otros pisos de vegetación –que son las franjas altitudinales de las diferentes regiones-.
Acebo.


La vegetación de la región Mediterránea se caracteriza por especies de hoja perenne,  resistentes al calor, al clima seco y a los cambios bruscos de temperatura entre el invierno y el verano. Plantas típicas son la encina, el alcornoque, el pino y el quejigo en cuanto a árboles y la presencia de madroños, lentiscos, enebros, retamas, coscojas, romeros, jaras, tomillos, plantas aromáticas, etc.

 
Enebro.
La vegetación eurosiberiana se caracteriza por los bosques caducifolios, adaptados a climas más húmedos y templados, sin grandes oscilaciones de temperatura entre el invierno y el verano. Están formados sobre todo por robledales, hayedos y bosques mixtos con árboles como el avellano, el pino silvestre, abetos, helechos, acebos, brezos, musgos, etc.

Hayas en un bosque mixto del Pirineo.

La vegetación borealpina tiene que ver con la altitud; es la vegetación de alta montaña, está bien adaptada a las duras condiciones climáticas que en ellas se dan, sobre todo en invierno. Está formada por los bosques de coníferas como el pino silvestre, el abeto y el pino negro. Crecen otras especies como el rododendro, la gayuba, arándanos, piornos, etc. En la alta montaña, a partir de 2.100-2.200 metros de altitud los árboles (pino negro) dejan paso a los pastos y pequeñas hierbas. Por encima de los 3.000 metros de altitud, líquenes y musgos son la representación vegetal.

Bosque de abetos.
Bosque de pino silvestre con alfombra de gayuba.


Las condiciones continentales que imperan en el centro peninsular y que influyen en el clima de la parte sur y occidental contrastan con el menor contraste de temperaturas entre inviernos y veranos, y la mayor humedad gracias a la existencia del mar Mediterráneo.


A nivel general, la provincia de Tarragona, las partes sur y centro de Lleida y Barcelona, y el centro u este de Girona poseen un claro clima mediterráneo mientras que en el norte de las provincias de Lleida, Barcelona y Girona, la influencia Atlántica marca el paisaje vegetal. Como ya os habréis dado cuenta, allí se encuentra la Cordillera Pirenaica y el Prepirineo. Son precisamente las montañas prepirenaicas las que marcan la transición entre la flora mediterránea y la flora eurosiberiana.
A nivel local, otras sierras más meridionales, como pueden ser algunas de las montañas más elevadas de las sierras litorales catalanas, también marcan la transición de vegetación.


¿En qué se traduce todo esto? En la existencia de una gran variedad de flora, con presencia de especies típicas del centro y sur de la península, de la región atlántica y de la alta montaña europea. En cuanto a los pisos de vegetación la representación es mayúscula, ya que en Cataluña existe una diferencia actitudinal que va desde el nivel del mar hasta los 3.143 metros de altura de la Pica d’Estats, el punto más elevado del territorio catalán.


Pica d'Estats, máxima altitud de Cataluña.


Ladera de solana pirenaica, donde crecen encinas.
Sierra del Montseny.



A grandes pinceladas desde el punto de vista botánico destacan las sierras de Montsant y las montañas de Prades como representantes típicos mediterráneos, bosques caducifolios como los de la Garrotxa entre la vegetación eurosiberiana, y los Pirineos como representantes de la región eurosiberiana y alta montaña. Mención especial merecen montañas como El Montseny, muy próxima al mar y con altitudes por encima de los 2.000 metros, los hayedos de Els Ports -los más meridionales de Cataluña-, o los hayedos de La Albera, los más orientales de la península Ibérica.
Acercarse a conocer la flora de Cataluña permite darse un paseo por las tres regiones biogeográficas presentes en la península Ibérica.
Retama y romero.

jueves, 12 de junio de 2014

Glaciarismo en el parque nacional Aigüestortes y Estany de Sant Maurici

El glaciarismo: Lagos, valles y montañas.

Estany Gran d' Amitges

Hace millones de años todo el Pirineo se encontraba bajo el mar. Las pizarras y granitos que hoy forman el paisaje rocoso del parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici (Lleida) emergieron del fondo marino hace unos 200 millones de años y comenzaron una erosión marcada fundamentalmente por los sucesivos periodos glaciares del Cuaternario; periodos en los que se alternó la presencia de hielo con los periodos de deshielo. La acción del hielo y la nieve, con sus depósitos y retiradas, a lo largo de estos periodos, marcaron la fisonomía de un paisaje de montaña que hoy es un auténtico museo al aire libre de glaciarismo: circos glaciares, valles en “U” –colgados o escalonados- y la mayor concentración de lagos de origen glaciar del Pirineo (estanys), y muy probablemente del continente europeo.

Estany de Sant Maurici y Els Encantats.

Sierra de Crabes, junto al Portarró d'Espot

A estos grandes elementos del paisaje glaciar acompañan otros como las cubetas glaciares, las morrenas, neveros, lagunas estacionales y un sinfín de muestras geológicas del mejor glaciarismo pirenaico.

El resultado son unos paisajes de montaña de gran belleza jalonados a lo largo de los dos valles principales del parque: Sant Nicolau en la vertiente meridional y orientado al oeste, y del l’Escrita, orientado al este y situado en la vertiente norte del Portarró d’Espot (2.423 m. de altitud), el collado que sirve de divisoria a la cabecera de ambos valles.

En el parque proliferan los saltos de agua.

Para conocer un buen ejemplo de glaciarismo, y muy fotogénico, os recomiendo la ruta de Amitges. El recorrido pasa junto a los principales atractivos del valle de l’Escrita: el lago San Mauricio (estany de Sant Maurici) al pie de los míticos dos picos de Els Encantats, símbolo montañero del parque, y pasa por diferentes estanys y cascadas (Ratera) hasta llegar las cubetas glaciares de Amitges. Amitges se encuentra a unos 2.400 metros de altitud, por encima de los pinos negros que marcan el límite superior del bosque. Es terreno agreste, rocoso pero absolutamente encantador, con diferentes estanys (el mayor de ellos alcanza los 25 m. de profundidad) y el telón de fondo de las agujas  (Agullas d’Amitges) y los enormes picos de Saboredo y Bassiero. La idílica ubicación del refugio de Amitges invita sin duda al descanso. 

Amitges, uno de los mejores recorridos del parque.

Es una buena opción de ruta para realizar en familia pues existe un servicio de taxis 4x4 que pueden ahorrar buena parte de la subida, desde el pueblo de Espot hasta el estany Sant Mauricio, o incluso llegar hasta el refugio de Amitges.



Durante buena parte del año, las altas cumbres permanecen nevadas. Valle de Boí.

Caminando entre roca granítica en el embalse de Cavallers.

Junto a la roca, el agua es otro de los elementos característicos del parque. Hoy la encontramos fluyendo rápidamente mientras se despeña en estruendosas cascadas o bien avanzando mansa, tan lentamente que la falta de desnivel en algunas zonas ha terminado por formar meandros y grandes zonas encharcadas conocidas localmente como aigüestortes. Éstas se localizan fundamentalmente entre los estanys Llong y Llebreta, en el valle de Sant Nicolau y se llega a ellas por el valle de Boi (Patrimonio de la Humanidad). También disponible servicio taxis 4x4.

Estany Llebreta.

La Ruta de la Nutria es un precioso sendero que enlaza el estany de Llebreta con la zona de aigüestortes. Es apto para todo el mundo y es necesario emplear unas 2 horas para salvar los 430 metros de desnivel de subida remontando el río Sant Nicolau. El itinerario es una recompensa visual permanente, con tramos de bosque, cascadas como la de Sant Esperit y amplias vistas del valle. En determinadas épocas del año, las nutrias penetran en el parque remontando este río.
Zona de Aigüestortes.


Podéis aprender mucho sobre nutrias y otras especies autóctonas en el Centre Piscícola Ribagorçana, en El Pont de Suert. Bien vale la pena guardar media jornada para visitarlo.
Nutria.